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domingo, 8 de abril de 2012

Ciclos Económicos explicados con el Monopoly

A través de @Rankia y @sergionozal nos llega un interesante y didáctico artículo traducido del original de Ray Dalio, el llamado "Steve Jobs de los Mercados".

Efectivamente, como en el conocido juego de sobremesa, la gran liquidez inicial se transforma rápidamente en propiedades para generar ingresos obtenidos del resto de participantes. A medida que el juego avanza, el tablero se llena de propiedades y los jugadores se van quedando sin efectivo, llegando a malvender aquellas para poder pagar y permanecer en el juego.

Es decir, al principio del juego, "la propiedad es el rey" y más tarde, "el efectivo es el rey". Aquellos que mejor juegan entienden cómo combinar de forma adecuada propiedades y efectivo.

El artículo original aquí.

domingo, 8 de enero de 2012

Movimientos en divisas y razones de la depreciación del €uro. ¿Se mantendrá la tendencia?

Vía @Rafaelpampillon y el Economy Weblog del IE nos llega una explicación clara y resumida de las razones de la depreciación de la moneda única en los últimos meses.

Los motivos apuntados son, sin duda, del todo ciertos y de pura teoría económica. No obstante, en el mercado de divisas existe una razón superior que amplifica los movimientos a corto y medio plazo en los tipos de cambio: los flujos monetarios derivados del carry trade.

El carry trade es una práctica financiera habitual cuando hay apetito por el riesgo. Se trata de endeudarse en una moneda con bajos tipos de interés para invertir en activos de países con elevados tipos. Al vender la moneda en la que se toma prestado y comprar la moneda de los países destino de la inversión se deprecia aquella y se aprecia ésta.

Debido a la política de tipos de interés cercana a cero durante muchos años en Japón, el Yen ha sido la moneda habitual para tomar prestado, invirtiendo posteriormente en Dólar australiano, neozelandés, canadiense o el Real brasileño. Sin embargo, tras la reciente crisis financiera de 2.008, ha sido EEUU la economía occidental más agresiva en la bajada de tipos de interés conduciendo al propio Dólar estadounidense a tomar el relevo del Yen como moneda de endeudamiento en los últimos años. Es por esta razón por la que, hasta el pasado verano, las subidas de las bolsas estaban claramente correlacionadas con una depreciación del billete verde.

Cuando se reduce el apetito por el riesgo o empieza a haber miedo en los mercados, los movimientos son en sentido contrario (se vende la moneda invertida y se recompran dólares) y normalmente más agresivos (el dinero es cobarde). De ahí, entre otras razones, la fuerte apreciación del Dólar y de otras monedas consideradas "refugio" (Franco suizo o Yen) en los últimos meses.

Paradójicamente, en las últimas semanas se observa una incipiente descorrelación en los movimientos de carry trade, de manera que Dólar y Bolsas se están moviendo en la misma dirección. Las razones pueden ser de todo tipo pero apunten la siguiente: los Mercados perciben los problemas de la Unión Europea como estructurales o de largo plazo mientras EEUU apunta a una lenta pero real recuperación. El BCE parece que va a adoptar (aunque de manera más sutil, no se vaya a enfadar el electorado alemán) las medidas que ya tomó la FED hace tres años: bajada de tipos y "barra libre" de liquidez. De esta manera, se descuenta un próximo cruce en el diferencial de tipos que será cero o incluso ligeramente superior el americano.

Podemos estar ante un cambio de paradigma en los mercados de divisas de manera que el Euro podría ser la próxima moneda utilizada para el carry trade. Si así fuera, nos espera una buena temporada de un Euro débil, lo que a su vez puede ser el inicio de la salida de la crisis económica europea.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Telebasura Financiera

Tras unos días de reflexión, finalmente me he animado a comentar el programa Salvados del pasado 18 de diciembre, con el sugerente título de "Miedocracia: Pesadilla antes de Navidad".

La verdad es que a nadie debería sorprender ya el grado de populismo y manipulación de La Sexta, aunque en ocasiones se superan a sí mismos. Da pena ver cómo se atemoriza y se confunde a la gente con un tema tan sensible como es el dinero.

En realidad poco tengo que añadir a lo ya perfectamente explicado por Carlos Doblado en Blogságora y Hugo Ferrer en su blog Ferrer Invest. Ellos sí saben de lo que hablan, al contrario que alguno de los invitados al mencionado programa.

Vean los vídeos, lean a Carlos y a Hugo y saquen sus propias conclusiones.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Lotería y bolsa. Esperanza con ilusión y esperanza con fundamento.

Con la llegada del tradicional sorteo de lotería de Navidad, merece la pena pararnos un momento a reflexionar sobre la "racionalidad" de nuestras decisiones de inversión repasando el concepto de esperanza matemática.

Artículo interesante de Luis Francisco Ruíz en Estrategias de Inversión.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Qué consejos financieros le daría a sus hijos?

Según un nuevo estudio de la gestora Schroders, un 40% de los inversores españoles afirman que el consejo financiero más importante que les darían a sus hijos sería que deben empezar a ahorrar tan pronto como les sea posible. Otros dos consejos adicionales serían no endeudarse demasiado y mantener liquidez suficiente.

El estudio completo ha sido publicado en Funds People.

jueves, 27 de octubre de 2011

Diferencia entre valor y precio: Un ejemplo práctico

Como ya se comentó en el pasado post (¿Quién está ganando todo este dinero que se está perdiendo?), valor y precio tienden a no coincidir.

Buceando en la web he encontrado este divertido ejemplo práctico creado para una campaña de comunicación del operador de telefonía MásMóvil.

Exagerado pero muy cercano a la realidad.

lunes, 10 de octubre de 2011

¿Quién está ganando todo este dinero que se está perdiendo?

Hoy les dejo un interesante artículo de Santiago Satrústegui, consejero delegado de Abante Asesores, publicado en Expansión.

Hace referencia a la vieja diferencia entre valor y precio de los activos, diferencia que el inversor individual tiende a olvidar en la mayoría de ocasiones.

Ahí va...

¿Quién está ganando todo este dinero que se está perdiendo?

La realidad es que no hay tanta gente ganando tanto dinero como pueda parecer porque, contra todo pronóstico, hay muy poca gente que lo esté perdiendo, de momento. Otra cosa es lo que digan los medios de comunicación o las redes sociales.

Chocamos una vez más con la semántica y con los problemas de una mala construcción conceptual. Si el titular dice “la crisis del euro destruye el 25 % del valor del DAX alemán” podemos estar seguros de que el autor de esa frase no ha leído a Antonio Machado.

Valor y precio son dos manifestaciones independientes de la misma realidad con una caprichosa tendencia a no coincidir. Confundir el uno con el otro, según el poeta, no es muy inteligente.

Cuando nos sentamos con nuestro asesor financiero a repasar el extracto de nuestras inversiones, lo que vemos es el supuesto precio de realización que en ese momento tendría toda nuestra cartera. Soy un gran partidario de la liquidez y de la transparencia y me parece tremendamente higiénico que este tipo de reuniones se sistematicen, pero, como en todo, una obsesión excesiva por los precios nos traerá problemas.
Cuando los precios de cotización de nuestros activos bajan la gran pregunta que tenemos que hacernos no es si seguirán o no bajando, sino que lo que debemos cuestionarnos en ese momento es si lo ha hecho el valor de lo cotizado o si éste se sigue manteniendo.

La labor del gestor de una cartera consiste precisamente en diferenciar si en una corrección en el precio de un activo el valor se ha mantenido y está barato o si el precio ha subido sin hacerlo el valor y el activo se ha puesto caro.

Como los mercados se mueven en la marginalidad de la última transacción, muchas veces ésta puede ser no representativa de los fundamentos subyacentes y responder a multitud de variables externas, entre las cuales una de las más importantes es el propio sentimiento que las cotizaciones generan.

Supongamos que alguien nos pasara todas las mañanas por debajo de la puerta un papelito con el precio al que estaría dispuesto a comprar nuestra casa. Aunque no pensamos venderla en ningún caso, está claro que si vemos que sube o baja nos afectará a nuestro estado emocional y si ese precio bajara mucho y de forma continuada podríamos llegar a cambiar nuestra actitud respecto a ella y empezar a pensar en venderla antes de que sea demasiado tarde. En todo ese tiempo es posible que el valor de la casa siga siendo el mismo.

Hay una historia, sacada de una frase de Rousseau en su discurso sobre las desigualdades, de una persona que, porque ya no la necesitaba, vendía su cama por la mañana para tener que volver a comprarla después antes de irse a dormir. Incluso asumiendo que esto le llevaría a padecer una clara merma económica por comprar y vender en el mal momento, cada una de las decisiones tomadas en sí mismas podrían considerarse racionales y lógicas. Hay incluso quien dice que por definición no pueden existir acciones irracionales, pero ése es un charco en el que prefiero revolcarme otro día. Sólo, y esto es lo importante, podemos considerar estúpido el comportamiento de vender la cama por la mañana si consideramos que poseer una cama forma parte de un proyecto a largo plazo en el que sabemos que la vamos a necesitar para dormir todas las noches. Si nos fuéramos a otro país o a la guerra, la venta de la cama después de haber dormido en ella la última noche la consideraríamos perfectamente coherente.

Con las acciones o con nuestra cartera de valores y fondos pasa exactamente lo mismo, aunque de una forma más sutil. La preferencia en este caso cambia en función de las circunstancias de los mercados, del entorno o de nuestra situación personal y fluctuamos básicamente entre considerar la rentabilidad como el objetivo primordial a que lo sea la preservación del capital. Hay veces que queremos ganar y veces que queremos no perder.

Lo normal es que en esos momentos de cambio de preferencia, si ésta no corresponde con un cambio real de nuestra situación, la decisión resulte tan racional como equivocada. Solo en el marco de un proyecto a medio o largo plazo cobrará sentido asumir situaciones puntuales de caída en el precio de nuestra cartera. El inversor debe establecer los niveles en los que esté dispuesto a dejar fluctuar sus preferencias en función de unos objetivos previamente determinados. Sin un “por qué” que justifique el proyecto sucumbiremos al precio y nos perderemos el valor.